-Estamos
hartas:
Estamos hartas de tener que escondernos; hartas de
que nos encerréis para que aprendamos a ser productivas para el sistema, privándonos de nuestro tiempo, que es nuestro y sólo nuestro.
Estamos hartas de no poder dar color a vuestras
grises calles, las mismas que vosotros, bastardos del progreso, llenáis de
cables, asfalto y ladrillo tapando toda base de vida.
Estamos hartas
de que se nos castigue en función de nuestra edad, color, sexo y nivel económico.
No queremos
comprometernos a ojos de ningún organismo y que nuestro amor se convierta en números,
ni buscar vuestra mierda de estabilidad, ni ser madres por tener un útero; ni
que digáis que esto es porque un adolescente nunca quiere ser como sus padres. Es todavía más simple: un profundo odio a toda forma de
patriarcado y adultocracia.
Estamos hartas de NO poder perdernos en el bosque,
que todo lleve a una carretera o a unas urbanizaciones, siguiendo el sendero
de las torres de electricidad. Mezclando el sonido del bosque con el motor de los coches.
No nos gusta
sonreír por educación, ni tener que cambiar nuestro aspecto según lo que os interesa
a cada momento; no pretendemos gustaros, ni vamos a gustaros nunca.
Odiamos por
encima de todo tener que veros a cada momento, en cualquier lugar, mientras
para los animales hay carteles que les prohíben el paso.
No soportamos
vuestros muros, fronteras y muchísimo menos vuestras cárceles; sean para
humanos o no. Cada ser encerrado es una prueba de la decadencia de
vuestro sistema. Igual estamos locas,
pero estamos orgullosas de no adaptarnos a este sistema, y sobre todo, de
combatirlo.
-Con todo
esto queremos dejar claro que:
Pensamos saltarnos las rejas del instituto.
Vamos a
perdernos en el bosque.
Pensamos daros
asco, que nuestra presencia os moleste, y disfrutar con vuestra reacción.
Vamos a
proteger y querer a nuestros hermanos no humanos todo lo que no os queremos a
vosotros.
Vamos a reír,
vamos a gritar y vamos a llorar en el momento más inoportuno; a provocar la
mayor vergüenza ajena de vuestra monótona existencia.
Nuestro tiempo va
a ser sólo nuestro y evitaremos vuestro trabajo.
Y no nos
importa si nos queréis encerrar, porque seguiremos molestando hasta el último
momento. Ya no nos importa que no me dejéis dar color a vuestras calles, porque
tarde o temprano sólo serán ruinas. Y allí jugaremos, reiremos, gritaremos, lloraremos, nos
revolcaremos por el suelo con los hermanos sin preocuparnos de
nada más. Pondremos fin a la dictadura de los relojes. Las prisiones serán
museos del horror que pasarán al imaginario de la gente como una leyenda, ¿que antes
existían muros que limitaban a las personas? Imposible, qué tonterías dices.
Directo a la patata. La falta de alternativas en este mundo es sinónimo de dictadura, sin duda.
ResponderEliminar