En
materia de cambio social radical, todo gira entorno a la
irreversibilidad que es capaz
de producir dicho cambio, en
anular los elementos que sostienen el
problema social. Y dicha
irreversibilidad presupone un grado necesario de autonomía propia,
de lugares comunes ajenos a los flujos que circulan a través de todo
el imperio de la mercancía. La
destrucción nunca fue suficiente, ya que todo reside en el modo.
Existen maneras de destruir que de forma inevitable provocan el
retorno de lo que se ha destruido. La
cuestión se reduce a cómo hacer.
Puntos
estratégicos básicos:
Nº1.
Auto-organización local: Dentro de este punto se encuentra
cualquier práctica que ayude a la
comunidad a deshacerse de la dependencia
de la que somos rehenes. Dependencia de sus mercancías, de sus
medicinas, de su agricultura
o de su policía. Por lo tanto, constituirse en comunas, en
okupaciones, grupúsculos, bandas, centros... es el primer paso para
terminar con la impotencia individual a la que nos vemos abocados a
menudo. Las personas que convivan, que den vida a estas comunas
tienen que basar
sus relaciones en la amistad.
No en programas definidos y bien
catalogados, sino en la
amistad sincera, en la comunidad.
La amistad es el requisito básico del triángulo
común-comunidad-comunismo.
Ello se deriva del siguiente principio epistemológico: la
historia del movimiento revolucionario es, en primer lugar, la
historia de los lazos que le otorgan su consistencia.
Poner en común, por lo tanto, los conocimientos, los materiales y
las prácticas. Organizarse a
nivel local de tal modo que se haga retroceder la cartografía
estatal mediante las complicidades necesarias, mediante las
solidaridades materiales, políticas y afectivas que permitan romper
con nuestra dependencia. ¿Cómo
organizarse para que no sea
preciso trabajar dentro del sistema productivo capitalista?
¿Cómo convivir sin aplastarnos mutuamente? ¿Cómo hacerse entender
ante los demás? Son preguntas que únicamente pueden hallar
respuesta en la práctica común.
La auto-organización tiene que preocuparse constantemente de
aumentar su extensión en el territorio (aunque con precaución
de no producir una sobre-extensión; hacerlo conforme las fuerzas
materiales lo
permitan) y de profundizar los núcleos ya creados. Entre los
intersticios de las diferentes agrupaciones, entre las solidaridades
creadas y consolidadas, entre las muchas amistades surgidas a partir
de un objetivo común, es también preciso crear unas vías de
comunicación propias.
Terminar con la dependencia de los mass media
para comunicar, porque en el momento que un movimiento cualquiera
(véase 15M) se adhiere a sus
vías de comunicación, este movimiento muere nada más los medios
dejan de darle voz. Se trata,
por lo tanto, de crear una pluralidad de mundos
antagonistas al mundo presente, al mundo que solamente gestiona
su propia obsolescencia.
Los medios para sacar
adelante las comunidades pasarán tanto por la propia voluntariedad
de los integrantes como por el saqueo, las estafas y el pillaje. No
respetamos la propiedad porque esta es el mayor de los robos.
Reapropiarse, reconstituirse. Sonsacar
de su embalaje moralista las técnicas y los conocimientos.
Se trata de saber pegarse, saltar cerraduras, curar fracturas además
de anginas, construir un emisor de radio pirata, montar comedores en
la calle; en definitiva, reunir los saberes dispersos y constituir
una agronomía de guerra.
Estar en movimiento constante; no caer en el aislamiento dentro de
una okupación porque puede morir de autarquía al no saber
establecer las solidaridades necesarias.
Participar también en los "movimientos sociales/ciudadanos"
más amplios solamente para radicalizarlos.
En última instancia la
alternativa no está entre la espera y el activismo, entre participar
en los "movimientos sociales" o formar una vanguardia
armada, sino entre organizarse o resignarse. Organizar
la autodefensa: tomar ejemplo
de los Black Panther.
Ellos/as también se dotaron de estos lugares
comunes a la vez que
añadieron su faceta político-militar, su prensa autónoma, las diez
mil comidas que repartían diariamente, las clases gratuitas de
derecho, economía, autodefensa y primeros auxilios.
Se convirtieron hasta tal punto en una amenaza real
que el Estado tuvo que mandar a los servicios especiales para
masacrarlos. Resolver el
problema del abastecimiento es de vital importancia tanto para no
depender de sus flujos como para poder atacar posteriormente sus
infraestructuras sin que ello derive en perjuicio
alguno.
Los que hablan de revolución sin hablar de armas y abastecimiento
llevan ya un cadáver
en brazos.
Una escalada insurreccional no puede ser otra cosa,
pues, que una multiplicación
de comunas, su conexión y articulación.
La determinación de
organizarse materialmente.
Nº2.
Bloqueo: Bloquearlo
todo es en adelante la primera acción de cualquiera que se encuentre
contra el orden presente. El bloqueo físico
tiene que desarrollarse paralelamente a la
auto-organización. Esto quiere
decir: bloquear la economía, pero adaptar nuestra potencia de
bloqueo a nuestro nivel de auto-organización.
Se trata de convertir en habitable una situación de
excepción, poblar el bloqueo
con deseos distintos a los de
la normalidad.
La interrupción del flujo de
mercancías es la mejor garantía para arruinar al imperio. A causa
del bloqueo, es necesario tener el problema del abastecimiento
resuelto. Como decía; terminar con nuestra dependencia,
poner en común los medios de subsistencia mediante las solidaridades
necesarias y bloquear
físicamente la circulación de mercancías.
Bloquear todo porque no se depende ya de la circulación general,
donde no se depende ya de la circulación general porque se está
organizando localmente para bloquearlo todo. Se trata de terminar con
su movimiento permanente.
La economía americana, por ejemplo, es tan dependiente de los flujos
provenientes de Asia que el costo del bloqueo sería de un millón de
euros diarios. Por diez millones se puede hacer vacilar a la mayor
potencia económica mundial. Si la acción se prolongase un mes más,
estaríamos asistiendo por fin
a su colapso. Únicamente se tiene que detener
el movimiento frenético de
la máquina para constatar su muerte.
Puertos, aeropuertos, trenes, universidades, autopistas, fábricas,
hoteles, repetidores
eléctricos... todo es susceptible de
ser bloqueado. Bloquear la
producción es también bloquear la circulación. La principal
precaución es que no se puede tratar de bloquear más de lo que
permite la capacidad de abastecimiento y de comunicación de los
insurgentes, de la organización eficaz de las diferentes comunas.
¿Cómo alimentarse una vez todo está paralizado? Alcanzar el grado
de auto-organización necesario implica apropiarse de sus medios de
producción; dejar al dos por ciento el encargo de producir los
alimentos de los demás es una estupidez tanto histórica como
estratégica. Por
lo demás, sostenemos el sabotaje como el elemento fundamental:
mínimo riesgo a la hora de actuar, mínimo tiempo invertido, máximo
daño producido.
Informaciones y energía circulan a través de redes de cables que es
posible atacar y paralizar.
Bloquear, por lo tanto, para catalizar el derrumbamiento, para
permitir que las formas de vida
sometidas puedan desarrollar su potencial,
para tomar las riendas de nuestras vidas y para terminar con la
dependencia absoluta que padecemos.
Nº3.
Ataque a la policía:
El
territorio actual es el producto de varios siglos de operaciones
policiales. Se ha expulsado a la gente fuera de sus campos, después
de las calles, después fuera de sus barrios y finalmente fuera de
los patios de sus edificios, con la ingenua esperanza de contener
cualquier vida entre las cuatro pringosas paredes de la privacidad.
Algunas de estas cosas sucedieron hace tanto tiempo que no las
recordamos, pero estamos rodeados de sus consecuencias. No es una
locura afirmar que vivimos bajo ocupación policial.
Las redadas de sin-papeles en plena calle, los coches camuflados
surcando las calles, la pacificación de los barrios con técnicas
forjadas en las colonias, las declamaciones de los ministros contra
las "bandas"... todo ello nos lo recuerda
cotidianamente. No entraremos aquí en materia de que los
ciudadanos
son los primeros colaboradores con
la policía. Vigilar a los vecinos, denunciar de forma anónima,
sospechar de cualquier práctica fuera de lo esperado...
cada vez son más los instrumentos puestos en marcha para convertirse
en un chivato al servicio del poder. Antes de atacar al
policía con
uniforme
es necesario atacar al "policía interno" que en mayor o
menor medida todos y todas llevamos dentro; son las ruinas que esta
sociedad ha dejado en nosotros.
¿Cómo
enfrentarse ante una organización armada que posee medios y recursos
casi ilimitados?
¿Cómo
hacer frente
a
un ejército con entrenamiento militar? Sostenemos lo mismo que en su
momento practicaron los insurrectos rusos (y que ha demostrado su
validez en infinitud de ocasiones, siendo el ejemplo más
representativo la guerra de Vietnam, donde unas pocas guerrillas
vencieron al
ejército más poderoso del mundo)
«Regla
principal: no actuar en masa. Conducid una acción de a tres o de a
cuatro como máximo. El número de los pequeños grupos debe ser lo
más grande posible y cada uno de ellos debe aprender a atacar y
desaparecer velozmente. La policía trata de aplastar a un grupo de
miles de personas con un solo grupo de cien cosacos. Es más fácil
enfrentar a un centenar de hombres que a uno solo, especialmente si
éste
golpea por sorpresa y desaparece misteriosamente. La policía y el
ejército no tendrán poder si Moscú se cubre de estos pequeños
destacamentos inaferrables. Nuestras fortalezas serán los patios
internos de cualquier lugar desde el cual sea accesible golpear y
fácil salir. Si tuvieran
que tomar estos lugares, no encontrarían a nadie y perderían gran
cantidad de hombres. Es imposible para ellos agarrarlos a todos
porque deberían, para esto, llenar cada casa de cosacos» [Aviso a
los insurrectos. Moscú, 11 de diciembre de 1905]
Que
se conviertan en metódicas, pues, y que los incivilizados se agrupen
en una guerrilla difusa, eficaz, que nos devuelva
a nuestra indisciplina primordial. Es
esencial, por lo tanto, mantener
el anonimato
en todo momento. Operar en las sombras para
que el poder no nos capte como fuerza
hasta el último momento, porque en caso contrario seremos aplastados
sin demora.
Una vez ingresados en la visibilidad tenemos el tiempo contado; o
somos capaces de dar la estocada final o la represión caerá
duramente
sobre cualquiera.
Liberar territorios de la ocupación policial; pero asegurarse de que
el espacio liberado sea habitado.
De nuevo, adaptar la extensión del territorio a las capacidades
materiales
de las comunas, a
la auto-organización local.
Se ha vislumbrado en el bloqueo de la economía, en el aniquilamiento de la policía y en la auto-organización local el destello de una vida histórica a la que nada nos hará renunciar, pase lo que pase. Si la economía está bloqueada, la policía está neutralizada y las personas son capaces de vivir mediante la auto-organización a pesar de (o gracias a) la situación de excepción, solamente es cuestión de tiempo que todo termine por desmoronarse definitivamente.
Se ha vislumbrado en el bloqueo de la economía, en el aniquilamiento de la policía y en la auto-organización local el destello de una vida histórica a la que nada nos hará renunciar, pase lo que pase. Si la economía está bloqueada, la policía está neutralizada y las personas son capaces de vivir mediante la auto-organización a pesar de (o gracias a) la situación de excepción, solamente es cuestión de tiempo que todo termine por desmoronarse definitivamente.
Asumimos
con serenidad el proyecto y todas las complicaciones asociadas a él.
Asumimos que este trabajo
vivo
conllevará como mínimo el paso de toda una generación. Asumimos el
carácter fundamentalmente criminal en cada una de nuestras acciones.
¡Todo
el poder a las comunas!
Nota
El
presente texto tiene como única función la de orientar
la práctica revolucionaria. Se puede concretar en muchos sentidos,
se puede modificar para adaptarlo a la realidad inmediata, se puede
matizar, se puede criticar y
profundizar, pero por cuestión de extensión solamente se pretende
establecer una serie de pautas mínimas a la hora actuar. Toda
crítica, comentario, alusión, es bienvenido porque el conocimiento
también ha de ponerse y debatirse en común.
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