jueves, 18 de diciembre de 2014

Sobre los CIE en Grecia y la situación de lxs migrantes.

De las minas del Evro y el fondo del Egeo a los campos de concentración.


Centros de internamiento de inmigrantes funcionan ya en toda Europa, con Italia y Grecia a la cabeza en cantidad y "calidad", de acuerdo con la política sobre inmigración que han definido los Estados de la UE. En Grecia, desde la década de los 90 funcionan como tales: almacenes de grano, complejos deportivos, hoteles abandonados y por supuesto comisarías de policía. En los últimos años vuelven a aparecer en la esfera pública y se advierte su proliferación en zonas semihabitadas. En este momento en Grecia hay registrados dieciséis centros de internamiento, modernos campos de concentración que vienen a sumarse a los calabozos de las comisarías de policía.


Por qué razón estamos con lxs migrantes

El punto de partida para ocuparnos del tema de lxs migrantes-refugiadxs no es ni su victimización ni presentarnos a nosotrxs mismxs como su defensor filantrópico y democrático. Justo lo contrario; mediante sus luchas lxs migrantes demuestran cada vez de forma más intensa en los últimos años que son uno de los ejemplos que tienen que tener en cuenta lxs explotadxs, nuestra clase. En este contexto nos posicionamos a su lado, reconociéndolos como hermanxs de clase que sufren la barbarie capitalista en su forma más intensa. Se trata de una porción del proletariado invisible y sobrante, y sabemos muy bien que nadie puede hablar de ellxs sin ellxs o sin intentar construir puentes de comunicación con ellxs. La mejor manera de expresar nuestra solidaridad con lxs migrantes y con cada oprimidx sobre la tierra, es luchar dándolo todo en el marco de la guerra social y de clase para el derrocamiento de este mundo autoritario.


Tienen miedo...

Cada una de las luchas de lxs migrantes, muchas veces victoriosas, es un hecho que no pasa desapercibido a los ojos del Poder. Este valora las perspectivas de dichas luchas y en ningún caso lxs subestima, intuyendo la amenaza de una posible unión de todxs lxs que luchan, nativxs o extranjerxs. Así, actuando bien preventivamente, bien como acto reflejo, busca en cada ocasión su represión. Antes de referirnos a las razones por las cuales las subversiones y resistencias de los migrantes encuentran finalmente la represión salvaje por parte del Estado, intentaremos presentar el conjunto de prácticas en la estrategia de control y represión que inicialmente pone en funcionamiento el Poder, las cuales funcionan siempre de forma sintética y complementándose entre sí.

A principio de la década de los 90, y con el flujo de migrantes-refugiadxs hacia el territorio griego haciéndose más intenso, se evidencia su represión organizada por parte de Estado y paraestado -es decir los fascistas-, para poder así lograr lo que siempre buscaban de lxs migrantes. A través de la continua degradación de su dignidad así como de su propia dimensión humana, de su exclusión social y de su puesta en el punto de mira, así como con el cultivo de un régimen de miedo e inseguridad para estxs, se convierten en víctimas a manos de los patrones. En este contexto, se mantiene una situación que favorece las ganancias del capital.

En principio aplica la estrategia de exclusión de lxs migrantes del cuerpo social, empujándolxs de forma masiva a un reducido y degradado sector de la ciudad. Aquellxs se ven obligadxs a vivir y a moverse allí, sin interaccionar con la población local. Al mismo tiempo el Poder, haciendo referencias al "gueto", ofrece estímulos a los reflejos más conservadores de la sociedad, esparciendo la xenofobia y el racismo. Aisladxs y silenciadxs socialmente, sin papeles ni derechos, lxs migrantes componen el sector más débil de la sociedad, fácilmente controlable y gestionable según los interese que en cada momento tienen Estado y capital.

Sin embargo, la continua degradación y el continuo pisoteo de la dignidad de lxs migrantes, inevitablemente conducirá a protestas justas y a estallidos. Ante esta posibilidad, el Estado se ha preparado y ha sembrado el temor, sofocando en su interior cada grito. De forma directa, poniendo en funcionamiento sus mecanismos represivos y al paraestado. Con los fascistas lanzando ataques asesinos contra lxs migrantes con el consentimiento de la policía, y con la policía a su vez humillando, amenazando, torturando y asesinando, con el argumento de asegurar el orden y mantener la paz social. De forma indirecta, con la amenaza de una detención que conducirá a una expulsión o a una reclusión por tiempo indefinido en las modernas mazmorras, los centros de internamiento o en el calabozo de alguna comisaría de policía.

En un segundo grado, cuando las voces son ya más potentes, el marco represivo se hace aún más duro, despreocupándose por mantener las apariencias. Los aparatos represivos del Estado aplastan sin dudarlo cualquier intención subversiva por parte de lxs migrantes y, aún más, cualquier intento de conexión con lxs luchadorxs autóctonxs. Paralelamente, desvirtúan el contenido de sus luchas y desproveen de sentido cada una de sus peticiones. Así, cuando las medidas preventivas fallan, le llega el turno al ataque frontal y totalitario contra lxs migrantes, para que sirva de ejemplo a todxs lxs que luchan en esta sociedad.



... y hacen bien

Muchas veces lxs migrantes han mostrado el camino que debe tomar nuestra clase. Con determinación y preparadxs para el enfrentamiento han desbaratado los planes de los patrones, que nos quieren esclavxs, y han dinamitado la normalidad de nuestros días con sus luchas.

En toda Europa, al igual que en Amigdalesa, lxs migrantes se sublevan. En Francia en 2008, tras huelgas de hambre y la muerte de un migrante, por falta de asistencia médica, arde por completo el centro de internamiento. En Lampedusa (Sicilia), isla que se ha convertido en centro de internamiento, queman el edificio central en 2009. En Hungría, migrantes en un centro de internamiento comienzan una huelga de hambre en agosto de 2013. En diciembre de 2013 refugiadxs del norte de África en un campo de concentración en Roma se cosen las bocas y se ponen en huelga de hambre por la elevada duración de su reclusión y por la nueva ley que prepara para lxs migrantes el Estado italiano.

Pero no sólo el internamiento y las condiciones inhumanas en los centros de internamiento los que hacen la revuelta una realidad. Es la ilegalización, la guetificación y el menosprecio de la vida. En octubre de 2005 arde París; motivo: la muerte de dos jóvenes migrantes a manos de los policías que les persiguen; la causa: la vida en el gueto. Al mes la revuelta todavía brama, y se extiende al resto de los suburbios de Francia. En París, también en octubre de 2009, 4000 migrantes sin papeles llevan a cabo huelgas y ocupaciones con el apoyo de sindicatos obreros. En mayo de 2013 en los barrios obreros de Estocolmo, la chispa de la revuelta es el asesinato de un migrante en su casa a manos de la policía. Las semanas siguientes la rabia llena las calles y alumbra con fuego las noches.

El 8 de enero de 2010 más de 1500 africanxs obrerxs del campo, tras una agresión con disparos en la que hubo tres heridos, salieron a la calle, destruyeron máquinas de instalaciones, cercaron con su rabia la ciudad de Rosarno en Italia. Durante tres días se enfrentaron a las fuerzas policiales. El 11 de enero al ciudad fue desalojada. En una operación de gran envergadura más de 1000 migrantes fueron detenidxs y encarceladxs en "centros de recepción de inmigrantes" hasta su expulsión.

En Grecia también brama la guerra

Los patrones atacan con represión policial, con campos de concentración e incluso con balas, pero no juegan sin rival.

En Manolada, lxs obrerxs del campo están en continuo enfrentamiento con sus jefes desde 2008, demostrándoles que no son lxs únicxs que están en el campo de juego. En la primavera de 2008 lxs migrantes-obrerxs se organizaron, acabaron con el miedo yexigieron. Más de 1000 migrantes-obrerxs se manifestaron en la región, reivindicando lo que les debían así como aumento del jornal, poniendo los cimientos para futuras reivindicaciones. Los patrones responden con violencia salvaje, lo mismo que el resto de huelgas que siguieron, siendo la más reciente la de abril de 2013 que fue respondida con disparos por los patrones, hiriendo a decenas de obrerxs. Lxs migrantes responden también con potentes huelgas de hambre. Punto de referencia para estas fue la huelga de hambre de 300 migrantes (del 26 de enero al 9 de marzo de 2011) que exigían su legalización así como la de todxs lxs trabajadores extranjerxs que viven y trabajan en Grecia. Consiguieron permisos de residencia renovables cada seis meses, y reducción de la cotización requerida en el proceso de legalización, así como asistencia sanitaria para el conjunto de sus compañeros, migrantes o griegxs.

En el último año migrantes-reclusxs se rebelan y llevan a cabo huelgas de hambre en cada espacio de reclusión. En febrero del 2013 en el Centro de Custodia de Inmigrantes Ilegales en el municipio de Orestiada, lxs presxs se sublevan, y hay una gran represión y detenciones. En agosto de 2013 lxs reclusxs se levantan, encendiendo fuego en el centro de internamiento de Amigdaleza por el aument ode la reclusión a 18 meses. La revuelta dura cuatro horas y es duramente reprimida.


Viajando a la "tierra prometida"...

La migración de personas y poblaciones, independientemente de las razones que la provocan, es un fenómeno que históricamente deriva de la necesidad del ser humano de sobrevivir. Actualmente, la migración dentro de un sistema mundial capitalista se debe a la miseria económica, a la barbarie social que crean los Estados (mediante guerras visibles u ocultas) en combinación con los proyectos de desarrollo del capital. Estas causas nacen en el seno del capital, primordialmente para servir a sus intereses (p.ej., la devastación de la naturaleza para la extracción de mineral), con consecuencias económicas y sociales y en segundo lugar para la creación de mano de obra barata como consecuencia de la miseria de las poblaciones. Hoy en día, lxs migrantes-refugiadxs tras un incierto, peligroso y costoso viaje durante el cual sufren maltratos, explotación por parte de los traficantes y de los Estados por los que pasan, llegan a las fronteras del Estado griego. En la zona terrestre se las tienen que ver las minas, el ejército de FRONTEX y de la policía griega, que lxs torturan con resultado de muerte en no pocos casos. En la zona marítima, se las ven con la guardia de costas, que con su "derroche de profesionalidad" en la caza humana, han conducido muchxs de estxs al ahogo (reciente caso publicado es el asesinato de doce migrantes en Farmakosini), mientras que cuantxs se salvan sufren maltratos e incluso violaciones. Cuantxs consiguen sobrevivir y en segundo lugar no caer en manos de los policías y guardia fronteriza, caso en el que o serán conducidxs a campos de concentración o serán deportadxs por la fuerza, llegan a lo que se han imaginado como la "tierra prometida", mientras que en realidad se enfrentan a la violencia del capitalismo occidental.

Pisando sobre las necesidades de estas personas, el capital a través del Estado lxs ilegaliza (el Estado lxs mantiene en una situación de ilegalidad y así como rehenes), y como resultado lxs desangra como mano de obra barata sin derechos, sin voz y en algunos casos en condiciones laborales que rozan los límites del esclavismo (como en Manolada). La crisis capitalista, la cual vivimos los últimos años, condujo al empobrecimiento de la sociedad, empobrecimiento más intenso en su sector más débil, lxs migrantes. Más allá de cada explotación económica, el Estado se ha cuidado de explotarlos también políticamente, transfiriéndoles una importante porción de sus propias responsabilidades en lo referente al estallido de la crisis, y paralelamente poniéndolos en el punto de mira de sus mecanismos paraestatales.

El Estado, sirviéndose de ficciones ideológicas nacionalistas y racistas que preexistían en un sector de la sociedad, mezclándolas con delirios nacionalistas, a través tanto de los medios de comunicación como de la boca del Gobierno, intentó conseguir la tolerancia-consentimiento de la sociedad con su violencia. La "obra" la comenzaban los mecanismos paraestatales con pogrom racistas, linchamientos, apuñalamientos, invasiones de casas y asesinatos, y la concluían los mecanismos estatales, deteniéndolos y hacinándolos en los calabozos. De este modo cumple un objetivo doble: por un lado lxs aterroriza y por otro lxs presenta antes la conciencia del resto como un peligro público.

En la promoción más en general del canibalismo social, el Estado diferencia entre naturales y migrantes, pero también entre lxs propios migrantes, diferenciándolos entre legales e ilegales, otorgando a cada uno de estos grupos características diferentes. La finalidad es la división entre lxs oprimidxs y entre lxs propixs migrantes, como su sector más explotado, para evitar cualquier intento de creación de un frente común desde abajo.

Con este miedo, en una fase de frágiles condiciones sociales, el Estado se presenta a sí mismo como un robusto garantizador de la estabilidad y la seguridad. Utilizando las excusas de la "bomba de relojería para la salud pública" y del aumento de la criminalidad, con una excelsa colaboración con el capital y los medios de comunicación, comenzó una operación generalizada de detención de lxs migrantes ilegalizadxs, conocida como "Zeus Hospitalario".

Lo operación escoba "Zeus Hospitalario" comenzó desde el ministerio de Orden Público y Protección del Ciudadano el 2 de agosto de 2012 en el Evro y el 3 de agosto en el centro de Atenas. Adoptando características de operaciones militares, policía de todos los cuerpos con motocicletas, furgonetas sin identificación evidente, autobuses de la policía y cualquier medio del que disponían, se movían por el centro de Atenas y de forma indiscriminada amontonaban como si fueran sacos a personas provenientes principalmente de países asiáticos y africanos. De forma brutal y bárbara condujeron población migrante a comisarías, donde lxs retenían por tiempo indefinido en el mejor de los casos en condiciones de higiene inexistentes. El conjunto de la operación ha sido presentado en los medios de comunicación con una asquerosa exactitud, incluyendo vídeos de linchamientos.

En lo referente al discurso, el Estado continuó con su retórica nacionalista que hace ya mucho ha adoptado, impulsando concepciones en las que lxs migrantes son lxs responsables de la pobreza, de la miseria y del callejón sin salida en el que nos hallamos. De forma paralela, la reacción nada potente del mundo de la lucha, y la tolerancia de la sociedad condujeron al éxito no solo de la mencionada operación, sino también de su continuación, con un resultado total de traslados y reclusión de al menos cinco mil migrantes en campos de concentración.


... en los campos de concentración

Trasladadxs a los campos de concentración sufren una realidad de tipo Dachau. Las condiciones son repulsivas. Hacinadxs de veinte en veinte en casetas de 10-20 m. cuadrados, con una sola comida al día compuesta por una rebanada de pan y 25 gr. de comida. La única asistencia sanitaria está exclusivamente en manos y criterio de los carceleros, y se reduce a algunos analgésicos. Las normas de higiene en los centros de "hospitalidad" de Grecia permiten un wc por cada setenta personas, ducha una vez cada dos meses y una vez al semestre lavado de ropa y mantas.

Aparte de lo demás, su agonía durante la reclusión aumenta puesto que continuamente aumenta su supuesta retención provisional. En principio, en 2009 cambia la legislación referente al tiempo de reclusión de lxs migrantes en espera de deportación, y de tres meses pasa a seis. A continuación, el tiempo de permanencia en los campos de concentración adopta la posibilidad de extenderse hasta los doce meses. En agosto de 2013 el período de reclusión aumentó hasta los 18 meses. Vale la pena mencionar que desde 2008, de acuerdo con una directiva votada por la Comisión Europea da el derecho a países miembro de la UE a la reclusión de estxs migrantes hasta los 18 meses. La cautividad de estas personas parece no tener fin, a la vez que ya se está oyendo un nuevo margen de 24 meses, teniendo como hecho evidente que desde febrero de 2014 en la inmensa mayoría de los centros de reclusión se han empezado a sobrepasar los 18 meses.
Grecia adopta la política común de los países miembros de la UE en los referente a la migración, parte de la cual es el acuerdo Dublín II, en el que se prevé que el migrante-refugiadx tiene derecho a solicitar asilo en el país europeo en el que se introduce por vez primera y si posteriormente se traslada a otro país para pedir asilo, deberá volver al país por el que se introdujo. Como resultado, Grecia, como frontera de Europa, funciona como espacio de reclusión de refugiadxs.

Desde 2003, cuando comenzó a adoptarse el tratado, los presupuestos de la UE fluían y todos querían su parte. Para el Estado, ante la actual coyuntura económica de crisis, estas ayudas constituyen una importante fuente de ingresos, como también para las ONG y sus aspiraciones, con el aporte de psicólogxs, intérpretes y demás, así como para las propias comunidades locales con lo referente a la manutención de los campos de concentración. En especial para las comunidades locales, se busca su consentimiento para los campos de concentración mediante los beneficios económicos, tanto por los ingresos de la venta de alimentos como por cada una de las diferentes tiendas que han abierto para servir a policías y carceleros.

Todo este beneficio económico no es el único objetivo de la creación de campos de concentración. En una época con tanta mano de obra sobrante, los campos de concentración, funcionando como espacios de almacenaje provisional de mano de obra, abren y cierran sus puertas canalizando, cuando se haga necesario, a ciudades y pueblos mano de obra barata. El Estado intenta asegurarse una plusvalía política, promocionando su labor en contra de aquellxs a quienes pretende presentar como responsables de la crisis, lxs migrantes, e impulsando al 'fascistificación' de la sociedad para controlar y disciplinar de forma efectiva al conjunto de la sociedad en la medida de lo posible. Pero los campos de concentración cumplen también otras funciones, como el que comprenda el migrante ilegalizadx, por completo, el rol que le asignan, y que su vida no tiene ningún valor, y que viva con el terror de una posible reclusión.

Los campos de concentración son una realidad de otra época, la cual ocurre a nuestro lado. Los campos de concentración son como un agujero negro donde quien cae no tiene voz, no tiene derechos, no es humano y paralelamente toda su vida-tortura diaria permanece en la invisibilidad, con el objetivo de evitar reacciones, enfrentamientos y revueltas. Los campos de concentración son moles que dan cobijo a modernos experimentos en humanxs (privación de libertad, de agua, enfermxs, débiles, hacinadxs, en ayuno).

Los campos de concentración llegaron y se consolidan día a día puesto que, desgraciadamente las carencias de un movimiento de lucha y la sociedad del silencio y la complicidad echa raíces. Sin embargo, los campos de concentración no están pensados sólo para lxs migrantes. Se trata del umbral del establecimiento de un destierro de facto de cuantxs estropean el escaparate-limpieza del capitalismo. Este proyecto se aplicará a cada sujeto que no hace juego con la estética de los países urbanos de las metrópolis. Ya en marzo de 2013 tuvo lugar la operación Thetis, durante la cual fueron detenidxs en las calles de Atenas 132 toxicómanxs, y gozaron de la "hospitalidad" de los centros. No se nos escapa que la flecha, aunque desde lejos, apunta al mundo de la lucha. Y si ahora nos parece lejano o las condiciones no son favorables, saben y sabemos muy bien que los patrones de este mundo no cesarán en su barbarie. Nuestra oposición a los campos de concentración no se fundamenta sólo en razones humanitarias o en el que miedo a que puede, como luchadorxs, llegar nuestra hora; sino porque estamos en contra de cualquier forma de reclusión, y principalmente de una de sus formas más violentas. La reclusión de lxs migrantes en campos de concentración se justifica con la ausencia de documentos legalizadores, y su único crimen es su propia existencia. De esta forma, el Poder consigue controlar mediante la policía a un sector de la clase obrera, lxs migrantes, y poner en marcha el dogma del miedo hacia lxs ilegalizadxs no reclusxs, mientras que a la vez la amenaza de la detención funciona como un medio indirecto de represión social.



En contra del totalitarismo contemporáneo y de los campos de concentración como una manifestación suya más, luchamos junto a lxs migrantes, no porque sean "seres indefensos" que necesitan asistencia, sino porque son nuestrxs hermanxs de clase. En contra de la explotación y de la opresión que nos impone el Estado y capital, más allá de nuestra solidaridad directa y activa en las calles y en los puestos de trabajo, unamos nuestras resistencias, creemos las estructuras que nos permitan resistir de forma autoorganizada y antijerárquica, lejos de cualquier vanguardia revolucionaria, para derrocar por completo este mundo autoritario, para abolir la esclavitud asalariada y por la liberación social.
Colectivo anarquista: Vogliamo tutto e per tutti (Grecia).

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